jueves, 13 de marzo de 2008

Hipnosis para el tratamiento del Trastorno de Déficit de Atención


La hipnosis ha demostrado ser una herramienta eficaz para ayudar tanto a adultos como a niños a alcanzar metas, controlar hábitos, reducir el dolor, la ansiedad y la depresión, e inclusive, para mayor éxito académico. A pesar de que la hipnosis ha sido aceptada como una modalidad terapéutica por la Asociación Médica Americana, la Asociación Psiquiatrita Americana y la Asociación Psicológica Americana, ha sido mal interpretada por algunas personas, quienes se muestran temerosas debido a que su marco referencial no es el de la hipnosis científicas, que conlleva una ética y un arduo entrenamiento por parte del terapeuta, sino la hipnosis de espectáculo.

Uno de los mitos creados es que la persona pierde control de sí misma y que durante el trance queda a merced de otra persona. Muy lejos de esto, en la hipnosis Ericksoniana el terapeuta necesita que el paciente participe activamente en el proceso, que plantee qué es lo que quiere resolver y dentro de un estado de súper conciencia busque en su interior sus propios recursos para resolver sus dificultades.


La hipnosis, especialmente con niños, ha sido exitosamente utilizada para trabajar con su autoestima, ayudarlos a focalizar su atención, mejorar destrezas sociales y regulando sus niveles de actividad motora, entre otros. Estos factores afectan directamente a niños que han sido diagnosticados con Trastornos de Déficit de Atención con o sin hiperactividad. Es por eso que la hipnosis ha surgido como una alternativa efectiva en el tratamiento para dicha condición, sin implicar riesgos secundarios (APA Meeting 1999).


En el proceso de hipnosis con niños se utiliza el juego tanto en el proceso de inducción de trance como para apoyar al paciente a la construcción de realidades interiores que le sean favorables a su bienestar. Algunos de los efectos que se producen a nivel cerebral en pacientes bajo hipnosis son: un aumento en la actividad eléctrica de ondas Theta asociadas a mayor habilidad en el manejo de la atención; incremento en el flujo cerebral global que crea mejoría en la eficiencia del sistema nervioso central; y a la armonización de funciones racionales y emocionales, localizadas en ambos hemisferios. Además, bajo hipnosis, el niño desarrolla la capacidad de controlar el dolor, sobre todo, el de la frustración al compararse con sus pares y darse cuenta de sus problemas de desarrollo o aprendizaje.


Foto tomada de: http://psicologia.uniandes.edu.co/fotosprueba/discusion.jpg

1 comentario:

Alicia dijo...

Hola Iris,
Me ha gustado mucho tu entrada. Soy de España y estoy estudiando para maestra.
Me podrías facilitar más información sobre esto mismo?
Gracias.